Ahora que tengo lo que siempre anhelé, hoy que llevo en volandas mi
tortuosa prisión, en este preciso momento en el que las rejas se vuelven
etéreas envolviéndolo todo con violáceas ojeras de triunfo y difusos recuerdos,
pierdo irremediablemente lo que tuve, me saco los ojos intentando distinguirte
pero entre aire y tormentas te empeñas en fundirte como cera, sumando una más a la
lista de perdidas batallas, dejando que de mi último paso antes de rendirme, redimirme
al pasar de los segundos, de los minutos, de las horas, de los años, colmado de
satisfacciones abrazar la tristeza, trasegar con vientos y recuerdos forjados
por mi, siempre en soledad, ¿sugieres que embree mis pies clamando de puerta en
puerta?, ¿quieres ser carcajeante testigo de mi decadencia?, no daré pie a que
mi fracaso sea algo palpable, ya estoy preparando mi entrada triunfal en ti, yo
también seré cera, me fundiré contigo en un insoportable beso, un cariño que
pasará tan desapercibido como desapercibidas pasan nuestras vidas cuando nada
somos, el beso de la nada ha de ser mi beso... puesto que la nada soy.
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