lunes, 12 de mayo de 2014

él solo gira

Cuando haya caricias sin asperezas dejaran de arder los poemas, cuando existan corazones romos, sin aristas, conoceremos el sabor de los besos, cuando se diluyan los soles de pena en charcos de sudor sabremos de una vida verdadera, entre tanto seguimos limando las esquinas del alma, ignorantes, destrozados, pero paradógicamente erguidos, como si la desolación fuese algo voluble, negando a aceptar la pequeñez de nuestro sino, desechando la posibilidad de que los sueños e ilusiones sean solo eso, sueños e ilusiones, de que el destino sea una vana quimera, el único destino existente es el de esperar, y cuando llega lo que esperamos fijar otro punto en el horizonte, otra meta, y esperar de nuevo, y cuando lleguen los anhelos preguntarnos si mereció la pena, si no es demasiado tarde para sacarle brillo al existir, comprender la sinrazón de ser algo dentro de un algo al que nada le importamos, él solo gira, ajeno e indiferente, mientras nosotros nos matamos por vivir, él solo gira, sin saber que se está pudriendo, él solo gira.

jueves, 1 de mayo de 2014

Ruido

Un ruido indescriptible de caducas pasiones agonizantes estrellándose contra el suelo anuncia la llegada del otoño al alma, un estruendo solo comparable al que forma la algarabía de los corazones perennes, sonidos mundanos y compatibles, sonidos que actúan como ácido en mi, melodías enloquecedoras, de las de bailar en soledad, aún así deben habernos ensordecido, no entiendo la impasibilidad de vuestros rostros, no se como no danzas hasta caer exahustos, si no te apresuras se irán, como todo se va, cuando no se aferra como si en ello nos fuera la vida, se irá la banda sonora de vuestra existencia, o quizás se transforme en el compás que te guiará a la muerte, en todo caso parece no importaros, yo por mi parte seré la nota perdida, el desafinado aliento, desacompasado bailarín de ese vals monótono de la vida, ritmo indescifrable y sobrante en la partitura del día a día, pero nunca indiferente, expectante, atento, tarareando la canción que no quieres escuchar, mi canción.

Cera

Ahora que tengo lo que siempre anhelé, hoy que llevo en volandas mi tortuosa prisión, en este preciso momento en el que las rejas se vuelven etéreas envolviéndolo todo con violáceas ojeras de triunfo y difusos recuerdos, pierdo irremediablemente lo que tuve, me saco los ojos intentando distinguirte pero entre aire y tormentas te empeñas en fundirte como cera, sumando una más a la lista de perdidas batallas, dejando que de mi último paso antes de rendirme, redimirme al pasar de los segundos, de los minutos, de las horas, de los años, colmado de satisfacciones abrazar la tristeza, trasegar con vientos y recuerdos forjados por mi, siempre en soledad, ¿sugieres que embree mis pies clamando de puerta en puerta?, ¿quieres ser carcajeante testigo de mi decadencia?, no daré pie a que mi fracaso sea algo palpable, ya estoy preparando mi entrada triunfal en ti, yo también seré cera, me fundiré contigo en un insoportable beso, un cariño que pasará tan desapercibido como desapercibidas pasan nuestras vidas cuando nada somos, el beso de la nada ha de ser mi beso... puesto que la nada soy.