martes, 4 de marzo de 2014
De mimbre
Yo se porque retumba la tierra en cada uno de sus pasos, aun sin acabar
de zurcir las heridas de sus maldormidas noches, resquebraja el suelo con
atroces embestidas, sumido su corazón en el más absoluto de los ostracismos, sus
latidos surcan el cielo y caen a plomo, se embriaga de nada y la nada se trenza, haciendo
de la nada un ser latente, y a mi, aunque inmóvil nimiedad a su lado, me place
ser polvo del rincón de sus penas, me enorgullece ser algo etéreo en su alma, amo
y señor de sus perdidas miradas, cuidador de su corazón de mimbre, que aunque por mas golpes que reciba, se doblará antes que partirse; es por esto que no puedes parar frente al viento de la marea, la cascada indomable engaña al
sueño con ansias hedonistas, por que al que mira hacia atrás, trepa cuan enredadera por las tapias del abandono,
¿quieres ser suyo?, no siembres tu camino de rotas cadenas, ni llenes tus manos
de aire, no distingas noche y día, no juegues a vivir, haz un romance con el
tedio, estará yerma tu alma de la noche a la mañana y para siempre ,no pares frente al viento de la marea, o serás suyo, repito, suyo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario