miedo... el miedo es algo muchas veces tan..¿irracional? Sí, eso es, irracional. Muchas veces nuestros miedos son infundados, no hay ninguna explicación lógica para poder explicar nuestro temor. Pero está ahí, tenemos miedo. Miedo a cosas tan...sencillas, simples...pero les tenemos miedo. Al futuro, a los errores, a perder a alguien, a perderlo todo, a equivocarnos, a no equivocarnos nunca, a ser nosotros, a no ser parte de los demás, a que ocurra algo, a que no ocurra nunca...la verdad es que le tenemos miedo a casi todo lo que no conocemos. Le tenemos pánico a descubrir nuevas emociones, sensaciones, personas, lugares...solo porque creemos que podemos sufrir. No lo conocemos, por lo tanto nos acobardamos, nos escondemos detrás de una careta, y dejamos q todo lo de alrrededor vaya avanzando, descubriendo, y nosotros nos quedamos en nuestra esquina, en donde nada cambia, en donde nada nos puede pillar por sorpresa. Le tenemos tantísimo miedo…y es algo que difícilmente podemos superar, es parte de nosotros, esa desconfianza hacia todo lo que no conocemos, esas ganas de saber lo que va a ocurrir para poder zafarnos de todos nuestros miedos, pero al mismo tiempo preferir seguir igual, no cambiar nada. En muchas ocasiones elegimos no arriesgar, porque no sabemos si realmente queremos ganar, porque hasta entonces desconocíamos lo que era, no sabemos si queremos descubrirlo realmente. Es como un juego en el que no sabes cómo jugar tus cartas, en el que ganar no es posiblemente la mejor opción, en el q las cartas no son lo importante, la importancia está en si decides jugar. Y nunca sabemos si jugar o no...porque desconocemos el alcance de nuestra decisión. Es ese desconocimiento el que nos atormenta, el que nos hace pensar una y otra vez en lo que debemos o no debemos hacer. Porque nunca sabremos a ciencia cierta si hemos hecho lo correcto, y eso nos causa auténtico pánico, dudas que nadie nos puede responder, y que en ocasiones, resultan agotadoras. Las llevamos dentro de la cabeza, rondando continuamente nuestros pensamientos, como una losa. Pero no sabemos qué hacer, todo sigue igual, y terminamos el día con el mismo miedo con el que lo habíamos empezado...y ese miedo jamás se esfuma.